El Convento de Nuestra Señora de los Ángeles
En la sección dedicada a Historia de ésta página web, ya hemos hablado
de la familia Torres, promotora de la construcción del Convento de Recoletos
Franciscanos de Ntra. Sra. De los Ángeles, quienes sufragaron las obras que estuvieron
terminadas en 1585, haciendose entrega del edificio al provincial de la Orden
franciscana en Andalucía el 2 de enero de dicho año. La fecha, junto con los
nombres de los promotores, se hizo constar en la lápida con el escudo de los
Torres, colocada sobre el acceso a la escalera de subida del piso superior del
claustro
La advocación del monasterio
tenía una especial significación para los franciscanos, al estar dedicado a
Nuestra Señora de los Ángeles el pequeño templo de la Porciúncula de Asís,
donde San Francisco, a comienzos del siglo XIII, fundó la Orden.
El convento de Miraflores obtuvo desde su fundación numerosas indulgencias,
promovidas ante Roma, por los Torres, pero además, cobró especial relevancia en
Málaga, debido a la leyenda de que en el Cerro de Miraflores habían sido
sepultados los Mártires San Ciriaco y Santa Paula, lo cual lo convirtió en
lugar de peregrinación y gran afluencia de fieles, con las consiguientes
limosnas y beneficios para el cenobio. El cerro incrementó su impronta devocional
el siglo XVII, al instalarse en las cuevas cercanas, una comunidad de ermitaños
dedicada a San Pablo. La comunidad franciscana de Miraflores que había
auxiliado a los malagueños en distintas epidemias sufridas en la ciudad, con un
elevado coste en vidas de sus hermanos, fué exclaustrada con la desamortización
en 1837, como ocurrió con los demás conventos de la ciudad, quedando el recinto
abandonado. Sin embargo, al estar alejado de la ciudad y contar con buena
ventilación, el convento se utilizó como hospital para los enfermos de la
epidemia de cólera que azotó la ciudad en 1853 y 1854, y posteriormente se
cedió a la Junta de Beneficencia, funcionando como manicomio. Desde 1893 el
edificio se adjudicó a la Liga contra la Indigencia. Desde entonces es
utilizado como asilo, regido por un Patronato, y gracias a haber mantenido uso,
y a la institución que lo dirige, ha pervivido hasta hoy día.
Al
comenzar la subida al Convento, justo al pasar bajo la carretera, nos
encontramos con la fuente de la burra,
vestigio en muy mal estado de uno de los veneros que dieron fama al lugar y que
antaño fueron tan abundantes.
Nada más subir la cuesta y traspasar la verja del asilo se ubica un crucificado sobre una cruz de hierro, que se asienta sobre un pedestal de mármol de forma tronco cónica, en él se esculpe una inscripción dedicada a los Mártires Ciriaco y Paula, en la que se afirma que sus cuerpos están enterrados en el recinto del monasterio.
El Edificio
Situándonos frente a la fachada de la iglesia, a la derecha se sitúa el Pabellón Argentino, ya que fue edificado en 1913 gracias a la comunidad española de Buenos Aires. El pabellón de la izquierda está constituido por una serie de arquerías sobre columnas, que están cegadas en sus dos plantas, y que pertenece a la obra original del convento. La portada de la iglesia es muy sencilla y se compone de un arco de medio punto entre pilastras, a las que flanquean otra pareja de pilastras de mayores dimensiones que soportan una cornisa. A su izquierda se abre otro arco similar, rodeado de almohadillado en su contorno,
El sencillo y pulcro claustro
en dos pisos, se compone de arcos rebajados que apean en columnas toscanas de
mármol, y contiene dos pozos en el interior de su patio. Lamentablemente, la
leve inclinación de algunas de las columnas delata fallos estructurales en el
edificio, que piden a gritos una urgente restauración, tan necesaria también en
las cubiertas de madera de las galerías.
La iglesia, de planta rectangular, dispone de un profundo
coro, que conserva la sillería, aunque en muy mal estado, elevado sobre una
tribuna a los pies, y al que se accede por la galería del piso superior del
claustro. Desde aquí se obtiene una magnífica vista de todo el templo y de la
armadura mudéjar que cubre la nave, compuesta de faldones y almizate, con
tirantes, que fue restaurada en los años 50.
Un arco triunfal, sobre el que encontramos de nuevo el escudo
de los Torres, separa la nave del presbiterio, cubierto con una bóveda sobre
pechinas, espléndidamente decorada a mediados del siglo XVII. Centrada con la
paloma del Espíritu Santo, entre un profuso programa de rocallas y motivos
vegetales se intercalan numerosos angelitos, muchos de ellos portando
instrumentos musicales. En las pechinas se disponen los retratos de cuatro
Papas franciscanos: Sixto IV, Sixto V, Alejandro
V y Nicolás IV.
.
Diversas catas efectuadas en la pared lateral del
presbiterio, por el restaurador Enrique Salvo, confirman la extensión de la
decoración pictórica en estos muros. Decoración que se desarrolla también por
encima del retablo de madera, a modo de transpantojo, completando su programa
iconográfico: en el centro se representa el abrazo de San Francisco al
Crucificado, y a ambos lados otros dos santos de gran significación
franciscana, Santa Clara y San Buenaventura. Además de otros cuadros
religiosos, en un lateral se encuentra la imagen de la Virgen de la Esperanza y
Refugio de los Enfermos, titular de la pro-Hermandad que tiene su sede en esta
iglesia
El retablo de madera, coronado por los emblemas franciscanos está centrado por una hornacina con columnas con capiteles corintios y fuste estriado, que en su interior ocupa la imagen de la Virgen de los Ángeles, recientemente restaurada por Enrique Salvo, talla en madera policromada del último tercio del siglo XVI, que, junto a la Virgen de la Victoria y la Virgen de los Reyes de la Catedral, suponen las únicas esculturas de aquella época conservadas en la ciudad. En las calles laterales se ubican cuadros, copias de Murillo y esculturas en las hornacinas del piso inferior.
El
Convento de los Ángeles, que se mantiene gracias al Patronato que regenta el
Asilo, es una joya olvidada del Patrimonio de Málaga. Ninguna administración
regional, provincial o local ha asumido su restauración y puesta en valor, como
por el contrario se ha realizado en numerosas ocasiones con otros edificios
regentados por asociaciones o instituciones religiosas o culturales. Una
entusiasta Asociación de Amigos del Asilo de los Ángeles intenta auxiliar al
Patronato con numerosas actividades dedicadas a los ancianos, a la par que dan
a conocer este tan olvidado monumento de nuestra ciudad. Mientras el antiguo
monasterio franciscano, afectado por corrimientos de tierra, severas humedades
que diluyen sus pinturas y la vejez de sus forjados, sigue esperando la
atención de las instituciones
La Parroquia de Ntra. Sra.de los Ángeles
La Parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles estuvo ubicada
en un primer momento en calle Ibrahin, en unos locales en los bajos del
colegio.
En ésta instalación, a todas luces insuficiente, permaneció
hasta la construcción de un templo de nueva planta. El primer proyecto
arquitectónico contemplaba la edificación de una iglesia de planta circular,
siguiendo los nuevos aires que respiraba la Iglesia tras el Concilio Vaticano
II. Sin embargo el templo que finalmente se construyó, se proyectó con una planta
rectangular.
La obra es del arquitecto Jose
Luis Esteve Balzola, autor también en Málaga del GarajeCatedral, siendo ambos
edificios los más significativos de su producción. La edificación se inció en
1968 y se finalizó en 1971. Todo el edificio está realizado en ladrillo visto.
Exteriormente la portada está precedida por un atrio entre zonas ajardinadas
con un pórtico al que se accede por una amplia escalera. En la fachada lateral
se intercalan cuatro parejas de pilastras, con vidrieras en su espacio
interior, produciendo una fragmentación de volúmenes con entrantes y salientes.
En la
cabecera se sigue el mismo esquema, ahora con pilastras de sección cuadrada. La
iluminación tamizada que aportan las estrechas vidrieras al interior dota de
intimidad y recogimiento al templo. Luz que se intensifica en el profundo
prebisterio. En el testero del mismo encontramos un magnífico mural, realizado
por el pintor Francisco Hernandez en 1988, obra en la que destacan la
gestualidad de las figuras y una composición escenográfica, que se completa con
elementos simbólicos y geométricos
En el testero del lado del Evangelio se encuentra una obra
en relieve de la Virgen de los Angeles. En ese muro se abre la Capilla
Sacramental, en la que destaca el Sagrario, inserto en el espacio en forma de
cruz producido por la aproximación de cuatro secciones de cubo que salen de la
pared. El siete de octubre de 2013, Día Mundial de la Arquitectura, el Colegio
de Arquitectos de Málaga, reconoció a la Iglesia de Miraflores como "pieza
destacada del Patrimonio Arquitectónico de la Costa del Sol", y así lo
hizo constar en una placa en la entrada del templo.
La Capilla del Stmo. Cristo de Llagas y Columna
El recinto se configura como un elemento continuista de la tradicional
sacralización del espacio urbano en el que se integraban ermitas, cruces,
hornacinas o capillas, como en éste caso. En ocasiones su origen era gremial,
al concentrarse los distintos oficios en zonas concretas de las ciudades, y
levantarse en ellos altares y capillas dedicadas a sus patronos; en otras
ocasiones los símbolos e imágenes religiosas suponían un elemento de protección
frente a las adversidades y se ubicaban principalmente en las puertas y accesos
de las poblaciones; y en muchos casos marcaban el recorrido del Vía Crucis
hasta los Calvarios.
La Asociación de Fieles del Santísimo Cristo de Llagas y Columna,
levantó su capilla en Miraflores, en la Plaza de los Ángeles, "al estilo
de las antiguas capillas callejeras", según ellos mismos exponen en una
placa en el interior del recinto. El espacio devoto fue diseñado por el
conocido cofrade Eloy Téllez Carrión, e inaugurado el Jueves Santo de 2007,
para exponer a la veneración pública la imagen que tallara el escultor Juan
Manuel García Palomo.
Dos cuidados árboles, plantados en macetones se adelantan a la portada adintelada, coronada por una sencilla placa de perfiles de rocalla, flanqueada por dos faroles de forja, que titula el pequeño oratorio
Dos cuidados árboles, plantados en macetones se adelantan a la portada adintelada, coronada por una sencilla placa de perfiles de rocalla, flanqueada por dos faroles de forja, que titula el pequeño oratorio
El pequeño recinto se divide en dos espacios
rectangulares. En el primero, se disponen longitudinalmente dos bancos,
utilizados por los devotos en sus visitas a la imagen y en los cuales no es
extraño ver por la tarde a un grupo de mujeres reunidas para el rezo del
rosario.
Una artística reja separa el espacio público
del sagrado, centrado por la imagen fructífera, que queda iluminada por sendas
lámparas votivas a sus lados. En una pared lateral está colocada la placa
conmemorativa, y en la opuesta un elemento de sabor añejo: un cuadro de exvotos
plagado de chupetes, rosarios, lazos y exvotos de cera..., ofrendados por los
vecinos en agradecimiento a los favores recibidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario